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1/3/09

CONCORDANCIA SINTAXIS

LA CONCORDANCIA

(Este tema fue tomado del libro "Temas de redacción y lenguaje `uso práctico` de Orestes Cabrera Díaz. Editorial científico Técnica La Habana, Cuba)

Uno de los medios gramaticales de relación interna es la concordancia, o sea, la igualdad de género y numero entre sustantivo y adjetivo, y la igualdad de numero y persona entre sujeto y verbo.

Con ser tan sencillas estas reglas, nuestras gramáticas registran numerosas anomalías en la lengua hablada y literaria, y al tratar de reducirlas a normas fijas suelen incurrir en un casuismo embrolladísimo al diseminar a través de distintas páginas los casos especiales de concordancia.

REGLA GENERAL DE LA CONCORDANCIA
Vamos a iniciar los casos de concordancia con los ejemplos más simples: cuando el verbo se refiere a un solo sujeto concuerda con él en numero y persona; y cuando el adjetivo se refiere a un solo sustantivo concuerda con él en género y numero:
El niño durmió largo rato.
Los niños durmieron largo rato.
El caballo blanco ha pasado por aquí
Los caballos bancos han pasado por aquí

Cuando una persona aparece ocasionalmente designada con un sustantivo de género distinto al de su sexo, los adjetivos pueden concordar con éste:
Bienvenida sea la flor y la nata de los caballeros andantes.
(CERVANTES)
Veis esa repugnante criatura: chato, pelón, sin dientes...
( L. F. MORIARTÍN)

Cuando el sujeto es un sustantivo en singular que indica cantidad, como multitud, infinidad caterva, gente, muchedumbre, numero, vecindario, pueblo, la mitad un tercio, una parte, el resto, etc., se pone a veces el verbo en plural:
Considerable numero de indios murieron en aquella peste.
Los animales estaban sedientos y no podían soportar las marchas; un tercio murieron en el camino.
Acudieron a la ciudad multitud de gente para ver el espectáculo.
La gente a una señal de sus jefes se amotinaron.

La indeterminación o heterogeneidad de los individuos que entran en la denominación colectiva favorece la idea de pluralidad, y por lo tanto la concordancia de sentido. Por el contrario la homogeneidad o determinación de los componentes fortalece el carácter unitario del colectivo y la concordancia gramatical. Así resultaría chocante decir:
El enjambre con la humareda se dispersan.
Habiendo llegado el regimiento a deshora no de les pudo proporcionar alojamiento.
Esto es así porque los colectivos enjambre y regimiento se componen de individuos muy determinados y homogéneos. Por la misma razón, sería muy extraña la concordancia en este ejemplo:
El rebaño, con la sequía y la falta de pasto, perecían.
Pruébese en cambio a sustituir los colectivos de estos 3 ejemplos por gente, muchedumbre, etc., y la concordancia en plural parecerá admisible. En estos ejemplos la determinación e indeterminación con que se sienten los componentes de un colectivo las da el significado de éste.
Pero un colectivo -dice Gili Gaya- puede hallarse determinado por las palabras añadidas que concreten su significado. El mayor o menor grado de esta determinación decide la posibilidad de la concordancia de sentido. Así ocurre que cuando el colectivo va modificado por la preposición dé, seguida por las personas o cosas de que consta el conjunto, designadas en plural, cabe la concordancia en plural o en singular:
Guardaban (o guardaba) el paso una multitud de hombres armados.
Un tropel de visitantes se ha reunido (o se han reunido) a la puerta del despacho.
La mitad de los náufragos se salvaron (o se salvó).

Esta clase de concordancia se llama ad sensum o según el sentido. El sujeto es un sustantivo en singular (multitud, tropel, mitad), pero, como significa un número plural de individuos (muchos o algunos hombres o animales) ponemos el verbo en plural porque nuestro pensamiento se está refiriendo a la pluralidad de individuos comprendidos en el sustantivo singular. Por eso tales concordancias son más frecuentes cuando el sustantivo cuantitativo se especifica con un complemento con la preposición de y un plural:
Una caterva de chiquillos se aparecieron por la playa.
Un montón de mendigos plañían su miseria.

Si por el contrario acompañan al colectivo adjetivos o frases complementarias que refuercen su singularidad gramatical, la concordancia en plural es difícil o imposible:
El vecindario, conmovido por sus elocuentes palabras, aplaudió con gran entusiasmo.
Aquel grupo, entre todos los estudiantes, se había distinguido especialmente.
Sería extremadamente violento utilizar los verbos en plural: en el primer ejemplo por que el partido conmovido insiste en la idea del singular; y en el segundo, a causa de la presencia determinativa de aquel y entre todos.

Favorece la concordancia en plural de los colectivos singulares, la distancia a que se encuentren del verbo o adjetivos con que deben concordar. Cuando las palabras interpuestas son muchas, la posibilidad de concordancia en plural aumenta:
El público, después de tan ruidosa propaganda en periódicos y carteles, se agolpaban en las taquillas del teatro.
Si son pocas, o si los elementos concertados se suceden inmediatamente, la concordancia gramatical se impone por la proximidad.
Andrés Bello afirma, por tanto, que no seda permitido decir:
El pueblo amotinados recorría las calles de la vieja ciudad
La gente huyeron al sentir los primeros disparos de los gendarmes.
Sin embargo, se diría bien:
Amotinóse la gente, pero a la primera descarga de la tropa huyeron despavoridos.

VERBO EN SINGULAR CON SUJETOS EN PLURAL
El verbo puede tener varios sujetos que, por ser varios, constituyen un plural. Pero el verbo se puede poner en singular cuando todos los sujetos forman como un conjunto con unidad:
El traje, las barbas, la gordura y pequeñez del nuevo gobernador tenía admirada a toda la gente que el busilis no sabía, y aun a todos los que lo sabían, que eran muchos.
(Cervantes)
Otros ejemplos del autor de El Quijote:
Su afabilidad y hermosura atrae los corazones de los que trata a servirla y amarla.
El buen paso, el regalo y el reposo, allá se inventó para los blandos cortesanos.

CONCORDANCIA EN LAS ORACIONES ATBIBUTIVAS
Las oraciones atributivas en que figura un sujeto o un atributo colectivo pueden llevar con alguna frecuencia el verbo en plural, si el otro elemento (atributo o sujeto) es plural:
Esta gente parecen generales que acaban de llegar de la guerra.
Todos los encamisados eran gente medrosa.
(Cervantes)
La demás chusma del bergantín son moros y turcos.
(Cervantes)
Los pronombres neutros, en su significación colectiva, pueden ofrecer las mismas concordancias:
Esto son habladurías de los que nada tienen que hacer.
Lo demás son cuentos de camino...
Aquello eran tortas y pan pintado...
Lo que importa son los créditos necesarios...
En este ejemplo que damos a continuación el verbo va concertado con el atributo sin que el sujeto sea colectivo:
La soledad inmensa que aflige al alma son setecientas lenguas de arena y cielo, silencio y calma.
(Zorrilla)
Como vemos, se trata simplemente de un atributo plural que atrae al verbo:
Trabajos y miserias es (o son) la herencia del hombre,- comidas y paseo son (o es) aspiración.
Observemos que todas las oraciones en que esta concordancia ocurre son reversibles, es decir, que el sujeto y el atributo pueden cambiar sus papeles respectivos sin que el sentido se altere:
Mi único trabajo es (o son) cuatro horas diarias de oficina.
Si cambiamos el orden de la oración podríamos decir:
Cuatro horas diarias de oficina es (o son) mi único trabajo.
En estas oraciones, el elemento preponderante para el interés del que habla puede atraer el verbo copulativo. En las oraciones atributivas no influye, por consiguiente, la mayor o menor separación ente el sujeto y el verbo, para que éste se incline a concertar con él o con el atributo.

SUJETOS COMPUESTOS ESPECIALES
Cuando haya dos o más demostativos neutros, son equivalentes para la concordancia a uno solo en singular:
Esto y lo que se había revelado produjo (no produjeron) destitución.
Bello observa que si con el neutro se junta un masculino o femenino, es admisible la
concordancia en plural:
Lo escaso de la población y la general desidia produce (o producen) la miseria del pueblo.
La diferencia de géneros, subrayada por los distintos artículos demostrativos, favorece aquí la disociación de los sujetos.

POSICIÓN DEL VERBO CON RESPECTO A LOS SUJETOS
Si el verbo sigue a los sujetos concuerda con ellos en plural:
Ni la amistad ni las dádivas, ni las promesas pudieron vencerle.
La abuela y el nieto caminaban despacio por la ancha senda.
En cambio cuando el verbo precede a varios sujetos puede concordar con todos en plural o sólo con el más próximo:
No me agradaba (o agradaban), ni el lugar, ni la hora, ni los concurrentes.
Le vendrá el señorío y la gracia como de molde.
(Cervantes)
Cuando el verbo precede a varios sujetos ligados con la conjunción y puede usarse indistintamente en plural o en singular:
Entusiasmaron (o entusiasmó) a los espectadores, la brillantez, originalidad y sencillez del director.
Cuando el verbo va entre varios sujetos, concuerda con el sujeto más próximo:
La causa de Dios nos lleva, y la de nuestro Rey, a conquistar regiones no conocidas.
(Solis)

VERBOS CON DISTINTA PREPOSICIÓN
Cuando un mismo nombre es complemento de dos verbos que exijan distinta preposición, se pondrá aquél después del primer verbo, y después del segundo se representará mediante un pronombre con la preposición que le corresponda:
Nadie se atrevía a hablar y a inmiscuirse en los asuntos de aquel funcionario (incorrecto).
Nadie se atrevía a hablar de los asuntos de aquel funcionario y a inmiscuirse en ellos (correcto).
El maestro conocía y tenía amistad con todos los padres de sus alumnos (incorrecto).
El maestro conocía a todos los padres de sus alumnos y tenía amistad con ellos (correcto).
Debemos recordar que las palabras poco, mucho harto, tanto y cuanto, cuando modifican a mayor y menor, deben permanecer invariables.
Con tanto mayor razón.
¡Cuánto mayor es su audacia!
Este artículo tiene harto mayor importancia que aquél.
Frecuentemente también, mediante la figura silepsis, concuerda el adjetivo, no con el nombre a que gramaticalmente se refiere, sino con otro elíptico.
Si se habla con un príncipe, se dice:
Vuestra Alteza es justo.
Si se refiere al Papa se dice:
Su Santidad esta satisfecho.
En estos ejemplos, los adjetivos justo y satisfecho hacen referencia al sustantivo hombre (que aparece oculto), y no a Vuestra Alteza o a Su Santidad.

POSICIÓN DEL ADJETIVO CON RESPECTO A LOS SUSTANTIVOS
Para concordar el adjetivo con dos o más sustantivos a la vez, hay que tener en cuenta si el adjetivo precede o sigue a los sustantivos. Cuando el adjetivo precede concuerda con el primero:
En sosegada paz y reposo.
(Cervantes)
Pero concuerda con toda la serie en plural, cuando los sustantivos son nombre propios o nombres comunes de persona:
Los hermanos Pedro y Juan.
Las hermosas tía y sobrina.
Cuando el adjetivo sigue a los sustantivos, depende de si todos los sustantivos son del mismo número y género, el adjetivo se pone en plural:
La paciencia y habilidad inteligentes.
Con varios sustantivos singulares y de diferentes géneros, concuerda el adjetivo con el último y se pone en plural masculino:
La caridad y amor fervoroso (o fervorosos).
Con varios sustantivos plurales y de diferentes géneros, se puede concordar el adjetivo en género con el último:
Con la mano y los pies destrozados.
También puede expresarse en esta forma:
Con las manos y los pies destrozados (aunque es preferible usar el masculino).
Con sustantivos de género y numero diferentes, generalmente el adjetivo se pone en plural masculino:
La habitaciones y el zaguán llenos de gente.
Si un sustantivo singular está ligado a otro y otros por medio de: con, como, tanto como, así como, debe concordar en plural:
El chofer, así como su ayudante fueron muy felicitados.
Y cuando se usan la conjunción copulativa ni, o la disyuntiva o, el verbo puede ir en plural o singular:
Ni la pobreza ni la incomprensión lo vencieron (o lo venció).
La ignorancia y la pobreza lo obligaron (o lo obligó) a delinquir.
Es incorrecto hacer concordar dos adjetivos de índole distinta con un mismo sustantivo, como en los casos siguientes:
Los sondeos efectuados en el Atlántico equinoccial y austral...
De esta forma aparece en la parte delantera y posterior del mismo dibujo...
Como quiera que el Atlántico no es al mismo tiempo equinoccial y austral, y como una parte no es delantera y posterior a un mismo tiempo, lo adecuado será representar cada sustantivo con un pronombre delante del segundo adjetivo, como en estos ejemplos:
Los sondeos efectuados en el Atlántico equinoccial y en el austral.
De esta forma aparece en la parte delantera y en la parte posterior del mismo dibujo.
Si en la oración hay sentido de reciprocidad conviene usar el plural:
Esto y lo que escribió usted se contradicen.

CONCORDANCIA EN LAS ORACIONES ADJETIVAS
Cuando el relativo es sujeto de una oración, el verbo de ésta no concuerda en numero y persona con el relativo, sino con el antecedente de éste. Así vemos que en la oración:
Tú, que me escuchas, sabes que es verdad lo que digo...
En este caso el predicado escuchas no concuerda con que, sino con el antecedente tú. Si son varios los sujetos, el verbo pasará a plural, prefiriendo la primera persona a la segunda y ésta a la tercera.
Tú y él, que sois inteligentes, lo haréis bien.
Recordemos que en las expresiones: Yo soy el que..., tú eres el que..., etc., el verbo de la oración de relativo concuerda unas veces con el antecedente artículo y otras con el sujeto de la oración principal. Así se dice:
Yo soy el que traje los libros (o yo soy el que trajo los libros).
Pero resultaría una incorrección decir:
Nosotros somos los que lo han hecho.
Cuando la forma correcta es la siguiente:
Nosotros somos los que los hemos hecho.
También resultaría incorrecta esta expresión:
Yo soy de los que creo en la Revolución.
Lo correcto es que se diga en esta forma:
Yo soDISCORDANCIA DELIBERADA
A veces nos dirigimos a un sujeto en singular con el verbo en plural para obtener un efecto estilístico deliberado, bien para participar amablemente en la actividad o estado de nuestro interlocutor, bien con intención irónica. Preguntamos a un enfermo:
¿Cómo estamos? ¿ Qué tal vamos?
En singular se manifiesta sorpresa e ironía ante una persona o cosa que nos afecta diciendo:
¿Esas tenemos?
En ciertas ocasiones se intenta con ello disminuir la responsabilidad diluyéndola en una pluralidad ficticia. Se dice, por ejemplo:
Lo hemos estropeado todo con nuestra actitud (no habiendo más culpable que uno mismo).
La misma discordancia tiene lugar con el llamado plural de modestia que hace hablar a un autor u orador de sí mismo en primera persona del plural, muy usado en el lenguaje periodístico (Vimos, creemos, pensamos).
Paralelamente al nosotros de modestia, ha tenido y tiene todavía mucho uso el posesivo nuestro con el mismo sentido.
Al decir: en nuestra opinión, un escritor se incluye en una pluralidad ficticia, en la cual no aparece tan en primer plano, como si dijese: en mi opinión.

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