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7/3/14

JORNADA DE ACTUALIZACIÓN PEDAGÓGICA.

FUNDACIÓN CONVENIO UNIOJEDA-IUTEMBI

JORNADA DE ACTUALIZACIÓN PEDAGÓGICA.

- ANÁLISIS E INTERPRETACIÓN DE LA PROPUESTA DE LA REFORMA CURRICULAR DEL MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN.

MSc. Preescolar Yolanda Espinoza.
MSc. Gerencia Educativa. Yamilet Méndez.

-ACTUALIZACIÓN PEDAGÓGICA SOBRE ACOSO ESCOLAR Y FORMAS PARA ABORDARLO.

Lcda. Preescolar Yenny Fernández.
Lcda. Planificación y Evaluación de Educación Básica y Preescolar.
Abogado Auromar Rivas.

- ESTRATEGIAS PARA MEJORAR LA ORTOGRAFÍA.

Msc. Fernando Briceño.

Fecha:
18/19/20 de marzo de 2014 3 horas diarias.
25/26/27 de marzo de 2014 3 horas diarias.
01/02/03 de marzo de 2014 3 horas diarias.
Total: 27 horas.

Hora: 2:00 pm a 5:00 pm

Se entregará certificado avalado por la Universidad Alonso de Ojeda.

Costo:
Estudiantes: 200 Bs. F.
Profesores: 250 Bs. F.

Para mayor información dirigirse a la sede principal ubicada en Centro Comercial Mercedes Díaz. Valera edo Trujillo.

Teléfono: 0271-2214601

Marzo de 2014.

4/8/12

http://www.biblioteca.org.ar/titulo.asp?texto=%25

Excelente página de literatura infantil.

El sitio es de Argentina.

10/7/12

Literatura infantil.
 Piapoco 
Oripopo, Oripopo
los del llano y más allá
dicen que ven rebullones
cuando te miran volar,
lo que pasa es que contento
por el cielo siempre vas
dando vueltas y más vueltas
buscando algo de cenar
y como es tu costumbre
al comer sueles bailar
y luego por divertirte
te tiras en tobogán
de brisa fresca y liviana
mientras ríes sin parar
Fanny Uzcátegui.
"Oripopo". Tomado del Poemario "Piapoco" de Fanny Uzcátegui (Boconó, Trujillo, 1932), Ganador del IV Premio Nacional del Libro de Venezuela 2006 en la categoría Libro de Literatura para Niños, Niñas y Adolescentes.

Fuente: http://siempre-verde-venezuela.blogspot.com/2010/11/oripopo.html

13/5/12

Literatura Infantil Argentina.

           Angelito.
Había una vez un angelito que vivía en el cielo sin hacer nada, feliz entre los otros ángeles. Algunas veces tocaba el arpa y otras cantaba una canción que decía así:

Un angelito
canta y vuela.
No hace mandados
ni va a la escuela.
Nadie lo reta,
nadie le pega,
anda descalzo,
juega que juega.


Una vez San Pedro lo llamó:
–¡Angelito!
–Mande –le contestó el ángel.
–Andamos con problemas allá en la Tierra –le dijo San Pedro.
–No me diga, San.
–Así es; ven, mira.
San Pedro lo llevó hasta su balcón de nube, donde se veía la Tierra como una manzana acaramelada toda cubierta de maíz tostado.
–Allá hay un chico que nos está dando mucho dolor de halo, un tal Juancito.
–No me diga, San –le contestó Angelito, distraído.
–Travieso, el muchacho –siguió San Pedro, jugando con las llaves para descargar su preocupación–. Ya van cuatro ángeles de la guarda que nos gasta. Ninguno puede con él.
–¿Quiere que pruebe yo, don San Pedro?
–Y, ya que estás aquí sin hacer nada...
–Ya me estoy yendo...
–Espera; no seas tan atropellado. Es una misión peligrosa. Mira que ese chico nos ha devuelto a un custodio con las alas rotas, a otro con tres chichones y al Rafaelito con un ojo negro.
Angelito silba, impresionado.
–Claro que el chico no sabía que eran ángeles, pero qué le vamos a hacer, ese es nuestro secreto.
–Así es, San, no debemos decir nada –le dijo Angelito, que se moría por contarle a todo el mundo que era ángel.
–Vamos a intentar contigo –siguió San Pedro–. En primer lugar no vas a ir a la Tierra volando, como todos, sino en plato volador, que es más rápido y seguro.
Angelito se puso a saltar de entusiasmo.
–Espera, Angelito, no seas tan atropellado...
Angelito salió corriendo, trepó a la cabina y...
–10... 9... 8... 7...
–Espera, Angelito, que no te di las instrucciones ...
–A la orden, mi comandante.
–Primero, vas a ir disfrazado.
San Pedro le plegó las alas y después lo vistió con una camiseta, un pantaloncito y unas zapatillas rotosas. También le dio una maletita con un guardapolvo y los útiles de la escuela. Ah, y una pelota de fútbol, claro.
–¿Y qué hacemos con el halo, don San Pedro?
–Cierto, brilla mucho... Por el halo te conocerán. Vamos a esconderlo adentro de la pelota.
San Pedro la descosió, guardó el halo adentro y volvió a cerrarla.
–Bueno, me voy. 6... 5... 4...
–Espera, Angelito, no seas tan atropellado... Todavía no te di las señas del chico que tienes que custodiar.
San Pedro le tendió un papel y esta vez sí Angelito trepó a su plato volador y...
–4... 3... 2... 1... ¡Cero !... ¡Hasta la vuelta, don San Pedro!
Juancito andaba por el campo, solo como siempre, triste y sin amigos. Había faltado a la escuela y se aburría.
Tenía ganas de jugar con alguien.
De pronto le pareció oír un zumbido, allá arriba... Quizás un avión... pero no. No vio nada por el cielo. Ni nube ni pájaro ni máquina.
Angelito aterrizó muy despacio, escondiendo su OVNI tras un árbol, cosa bastante inútil pues el artefacto era completamente invisible.
Se acercó a Juan, jugando con la pelota y silbando distraído. Juan lo miró con desconfianza.
–¿De dónde has salido? –le preguntó.
–De por ahí nomás.
–Dame esa pelota.
–No –le dijo Angelito–; tengo que ir a la escuela.
–No; mejor quédate aquí y juguemos –le contestó Juan.
–No; primero te acompaño a la escuela.
Y ahí nomás Juan lo atacó para robarle la pelota. El ángel no la soltaba. Juancito le pegaba y él, como era ángel, se dejaba pegar hasta que se cansó y dominó a su contrincante con un buen pase de yudo.
Juan se quedó quieto, enfurruñado y lloriqueando. Angelito le tendió la mano:
–¿Somos amigos?
Juan no contestó.
Al día siguiente fueron a la escuela juntos; Angelito comprobó que era cierto lo que le dijeran en el cielo. Juan pasaba la mañana molestando, chillando, haciendo borrones, arrojando tiza, tirándole del pelo a las niñas, rompiendo cuadernos y dibujando monigotes con cola y cuernos que, desgraciadamente, causaban mucha gracia a sus compañeros.
Angelito le daba consejos y hasta trataba de sujetarle las manos. Inútil. Una tarde lo llevó a pasear al campo y allí trató de sermonearlo: que tenía que portarse bien, y que patatín y que patatán. Juancito se tapó los oídos y le sacó la lengua. Entonces el ángel se quedó triste y callado, y al fin dijo, por decirle algo bueno:
–Te regalo la pelota.
Juan se puso contento. Angelito no se acordaba para nada del tesoro encerrado en la pelota.
Jugaron los dos un buen rato, hasta que la pelota fue a parar a un alambrado y allí se desgarró toda contra las púas, que nunca faltan en este mundo. Juan recogió la pelota y vio sorprendido que de adentro salía luz. No se animó a romperla del todo pero la desgarró un poquito más y vio algo que brillaba...
Sacó delicadamente un círculo livianito como el aire... un aro de oro... un hilo redondo y como de miel.
–¿Y esto?
–Nada, es mi sombrero –contestó el ángel.
–¿A ver cómo te queda?
El ángel se puso el halo, que brillaba como una tajadita de sol.
–Entonces, ¿eres un ángel? –dijo Juan.
–Claro, tonto; soy tu ángel guardián.
–¿Y por qué no me lo dijiste?
–Porque es un secreto. Nosotros nunca decimos nada; ni siquiera se nos Ve.
–¡Qué lástima! –dijo Juan.
–¿Por qué qué lástima?
–Porque si yo hubiera sabido que tenía un ángel me habría portado bien.
–Ahora ya lo sabes.
–Ajá –dijo Juan.
Y se fue caminando despacito, abrazado a los restos de su pelota, mientras el ángel volvía a su OVNI para seguir cuidando a Juan desde el cielo.
En las altas esferas lo esperaban para amonestarlo por haber revelado el secreto de su misión.
Juan oyó un zumbido, miró para arriba y no vio nada, pero se imaginó y dijo adiós con la mano. Después fue a su casa, abrió el cuaderno y cuando se puso a hacer los deberes le salieron todos con letras de oro.

Un angelito canta y vuela,
hace mandados y va a la escuela.
Nadie lo ve ni lo verá
y aunque se vaya se quedará.

Literatura Infantil Argentina. Poesía.

Balada de la mariposa


Una mariposa se enamoró
de un marinero y lo persiguió.
Lo esperó a la puerta del hotel
y muy contenta se fue con él.

En la gorra blanca se le posó
y al barco blanco tras él subió.
A la chimenea voló después
mirando el mar por primera vez.

Todo el amor de su vida de un día
prodigó con alegría;
y cantaba así: “Marinero de frente,
aunque no me mire, es amor presente”.

Al atardecer, al hundirse el sol,
al marinero llorando vio.
Para distraerlo de su pesar
bailó en el aire por altamar.

De los blancos mástiles se alejó
y un viento fuerte la castigó.
En el agua gris se cayó y se ahogó
y el marinero ni se enteró.

Pero una lágrima sola y salada
resbaló sin saber nada,
y le puso fin al amor verdadero
de la mariposa y del marinero.

Historia de la Literatura Infantil.

“EL ARTE DE TEJER FICCIONES O LA CREACIÓN DE CUENTOS PARA NIÑOS”
Dra. Carlota Flores Scaramutti de Naveda

Andersen es autor de “El patito feo”, “El abeto“, “La bala y el trompo“, “La flor de la felicidad“, “La princesa y el porquerizo“, entre otros.

En Francia, Charles Perrault  recogió  leyendas profanas y obras piadoras. Leyendas como “Roberto, el diablo”, “Genoveva de Brabante”,.” Ricardo sin miedo”, son la fuente de su narrativa que da forma literaria a relatos tradicionales como “Piel de asno”, “La bella durmiente”, “Las hadas”, “Cenicienta”, “Caperucita Roja”, “Barba roja”, “El gato con botas”, “Pulgarcito”, etc.

En Inglaterra, Daniel Defoe (1718) publica “Robinson Crusoe” y logra simbolizar en el personaje la soledad de la vida del ser humano en su ingenioso proceso hacia la civilización. Robinson Crusoe es, en realidad, una apología al hombre inventor. Igualmente.

Jonathan Swift (1667-1745), publica “Los viajes de Guliver” en cuyo texto, el protagonista que es también un naufrago va a parar a Lliliput, país increíble habitado por hombrecillos enanos. Detrás de esta historia hay todo un simbolismo.

La literatura del nonsense, del disparate, del mundo del humor y la fantasía tienen su culminación con “Alicia en el país de las maravillas” de Lewis Carroll seudónimo de Charles Dodgson que recurre a todo tipo de juegos verbales (asociaciones de ideas, visiones convertidas en imágenes, monólogos interiores, etc.) para crear ese mundo fascinante de realidad y fantasía.

La ficción desarrollada en los cuentos --- y traspolada a los textos escritos ha permitido que la presencia de lo maravilloso sea una constante (“de día metamorfoseábase en gato o en lechuza y de noche recobraba la forma humana”- Yorinda y Yoringel), la recurrencia a los autobiográfico (“Mi vida es un cuento maravilloso” – H. C. Andersen); la supervivencia de la tradición (Cuentos de mi Madre la Oca – Ch. Perrault); la intención moralizante (“Niñas cuando seáis hermosas jóvenes, desconfiad siempre de los lobos. En este mundo hay muchos melifluos y elegantes, cuyo lenguaje es cariñoso y seductor y esos, precisamente, son los de raza más peligrosa” – Ch. Perrault); la anticipación científica (“De la tierra a la la luna”, “Veinte mil leguas de viaje submarino,” etc – J. Verne); presencia de la soledad del ser humano y su progreso hacia la civilización (Robinson, solitario, recorre todas las etapas de la humanidad, logra el fuego, busca comida, se ingenia para pescar y cazar, se construye una cabaña, etc.); presencia del humor y la fantasía (Alicia ve pasar un elegante conejo blanco que mira la hora en el reloj de su chaleco. Alicia lo sigue y se mete en la madriguera que es como un pozo, un profundo pozo – lo que ahora sería el túnel del tiempo – y allí empiezan las más insólitas aventuras); presencia del proceso de metamorfosis.

Fuente:
http://academiaperuanalij.blogspot.com/search?updated-min=2010-01-01T00:00:00-08:00&updated-max=2011-01-01T00:00:00-08:00&max-results=5
"El hábito de la lectura no se obtiene rápidamente, hay que trabajar en él durante toda la vida, comenzando en la edad infantil; sin olvidar que la lectura debe envolver un goce para el lector, pues para ser partícipes de la lectura debemos encontrar gusto y bienestar."
Santos M. 2001.