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9/9/11

La mariposa famosa y la Actias Isabellae

 

En un bosque de los Pirineos occidentales, en Navarra, habitaba una comunidad de mariposas. Era la típica comunidad donde vivían el panadero, el lechero, el cartero e incluso las mariposas famosas, que salían en la televisión, les hacían entrevistas, ruedas de prensa y hasta ganaban premios por sus esfuerzos y trabajos en sus vidas. 

Una de estas mariposas famosas, estaba entrando en la crisis de la mediana edad, sentía que sus alas ya no eran tan llamativas como antes, sin embargo, estaba en la sima de su carrera artística. Ya no le motivaba ir a ruedas de prensa,  espectáculos o eventos sociales, sabía que no podía estar mejor en su vida, pero le faltaba algo.

Un día de agosto, como cualquier otro, una oruga se acercó a su puerta, venía perdida, se había extraviado de su camino y ahora no sabía a dónde ir. La mariposa abrió su puerta y de inmediato reconoció que aquella oruga era la predecesora de la mariposa más hermosa de Europa, era la predecesora de una Actias Isabellae, notó que estaba en su última fase antes de hacer su crisálida porque la oruga tenía un color predominantemente verde con puntos blancos, además las Actias Isabellae comienzan su metamorfosis al final del verano. La acogió con los brazos abiertos, era lo que la mariposa famosa necesitaba para sentirse completa, la oruga de la mariposa más hermosa de Europa había escogido su casa, por obra del destino, para su gran cambio. Por un momento, olvidó que sus alas ya no eran firmes y coloridas, olvidó que estaba llegando a su vejez, por un momento sólo sintió que estaba completa. Hizo todo lo que pudo para que la oruga se sintiera a gusto, escondió los síntomas de su crisis de mediana edad, y le mostró el gran mundo del espectáculo, tenía mucho miedo de que la oruga la abandonara, así que le daba  y le decía todo lo que ella pensaba que la oruga quería tener y escuchar.

Llegó el invierno y la oruga comenzó su metamorfosis, hizo su capullo de seda marrón entre las hojas del salón de la casa de la mariposa famosa, la oruga se sentía muy bien, sentía que había encontrado un nuevo hogar y que no podía haber encontrado algo mejor. La mariposa no quería interrumpir la metamorfosis de su oruga, así que le tomó una foto al capullo y la llevaba con ella para todas partes, la mostraba en ruedas de prensa, hablaba de su oruga en la entrega de premios, era su tema de todos los días. Simplemente había olvidado por completo que sus alas ya no eran las mismas alas jóvenes que fueron alguna vez, su vida giraba en torno a esta nueva criatura que lo había escogido para hacer su metamorfosis. El invierno acabó y la oruga ya estaba lista para salir de su capullo, fue en la madrugada de un martes, los ruidos despertaron a la mariposa famosa, que se precipitó para no perderse el espectáculo. Al principio, la nueva mariposa que se había formado había logrado romper un poco de su capullo, pero seguía forcejeando, no lograba romperlo más, al parecer la mariposa famosa lo había cuidado tanto que se había convertido en un capullo firme y difícil de romper.

Después de varias horas, la Actias Issabellae no lograba romper más su capullo, seguía forcejeando pero simplemente era demasiado firme, la mariposa famosa comenzó a bascular, no sabía qué hacer, todos sus miedos e inseguridades la invadieron de nuevo, se vio sola, sin su nueva compañía, volvió a sentir sus alas vieja y quebradas, en medio de su desesperación, corrió hacia el capullo y utilizó todas sus fuerzas, las fuerzas que había conseguido durante sus años de experiencia, las fuerzas que había desarrollado viviendo su vida, las fuerzas que seguramente la Actias Isabellae aún no tenía. Rompió el capullo en dos, y la nueva mariposa salió disparada, tenía sus alas arrugadas y un poco quebradas, sus patas estaban recogidas contra su cuerpo, no lograba moverse, no lograba abrir sus alas. La mariposa famosa la tomó entre sus brazos y la llevo a su cama, la cubrió con una manta y le llevó de comer, ¡no era capaz de comer!, no tenía fuerzas, estaba completamente frágil, no podía mover ninguna parte de su cuerpo.

Ante la desesperación, la mariposa tuvo el impulso de arrancarse sus viejas alas quebradas y arrugadas, para ponérselas de alguna manera a la nueva mariposa, quería que volara con sus alas , como ella lo había hecho durante tanto tiempo, quería que fueran sus alas las que la llevaran al éxito. Después de varios días, de no poder comer, la Actias Isabellae murió de hambre, nunca pudo mover alguna parte de su cuerpo, murió en la cama de la mariposa famosa, mientras esta última, la abrazaba y lloraba a su lado. Lo que no sabía la mariposa famosa es que todo ese esfuerzo que estaba haciendo la Actias Isabellae para romper su capullo, ese esfuerzo con el que parecía sufrir mucho, ese esfuerzo en el que se sentía perdida, sin rumbo alguno, todo ese esfuerzo era necesario para que se formaran los fluidos indispensables para mover su cuerpo, para poder extender sus alas y volar por su propia voluntad, lo que no sabía la mariposa famosa es que al abrir el capullo con sus propias fuerzas, había condenado a muerte a su trofeo


Autor: Ervin David Gordillo

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