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6/3/09

Chiste

El presidente de una empresa le dice a su gerente general:
El lunes próximo, a eso de las 10 de la noche el cometa Halley se hará visible, es un acontecimiento que ocurre cada 78 años. Reúna al personal en el patio de la fábrica, todos usando cascos de seguridad, que allí les explicaremos el fenómeno.
Si llueve, el raro espectáculo no podrá ser visto a ojo desnudo, en cuyo caso entraremos en el comedor donde será exhibido un documental sobre el mismo tema.

El gerente al jefe de producción:
Por orden del presidente, el lunes a las siete aparecerá el cometa Halley sobre la fábrica. Si llueve reúna a los empleados con cascos de seguridad y llévelos al comedor, donde tendrá lugar el raro fenómeno lo que sucede cada 78 años a ojo desnudo.

El jefe de producción al supervisor:
A pedido de nuestro gerente general, el científico Halley de 78 años, aparecerá desnudo en el comedor de la fábrica usando casco de seguridad, pues va a ser presentado un documental sobre el problema de la lluvia en los ojos.

El supervisor a su asistente:
Todo el mundo desnudo, sin excepción, deberá estar en el patio el lunes a las siete, donde el famoso guitarrista Halley mostrará el documental "Bailando bajo la lluvia". El show se presenta cada 78 años.

Y por último el asistente a sus empleados:
El jefe cumplirá 78 años el lunes, habrá una fiesta en el patio y en el comedor amenizada por el grupo Halley sus cometas.

2/3/09

SIGNOS DE PUNTUACIÓN (Juego de Palabras)

Los signos de puntuación se usan en los textos escritos para intentar reproducir la entonación del lenguaje oral (pausas, matices de voz, gestos, cambios de tono, etc.) con objeto de interpretar y comprender correctamente el mensaje escrito. Los signos de puntuación, por lo tanto, nos permiten expresarnos con claridad y evitar interpretaciones diferentes del mismo texto.

Por ejemplo, el sentido de la siguiente frase: «No está mal eso», cambia si utilizamos otros signos de puntuación: «No, está mal eso».

El viaja sólo en tren.El viaja solo en tren.
No comáis grasas animales. No comáis grasas, ¡animales!
Perdón imposible, que cumpla su condena.Perdón, imposible que cumpla su condena.
No, es verdad.No es verdad.
El maestro dijo: «Javier es un burro».- El maestro -dijo Javier- es un burro.
No, se lo dijo.No, ¿se lo dijo?...
No sé, ¿lo dijo?No sé, lo di, ¡jo!...
No se lo dijo.No, se lo di, ¡jo!...
Estaré sólo esta tarde.Estaré solo esta tarde.
Quiero un café solo.Quiero un café sólo.
No, lo sabía.No lo sabía.
¿Cuánto es la mitad de uno más uno?
¿Cuánto es la mitad de uno, más uno?

Si el hombre supiera realmente el valor que tiene la mujer andaría a cuatro patas en su búsqueda.
(Su usted es mujer, con toda seguridad colocaría la coma después de la palabra «mujer».Si usted es hombre, con toda seguridad colocaría la coma después de la palabra «tiene»).
Su usted es mujer, con toda seguridad colocaría la coma después de la palabra «mujer».Si usted es hombre, con toda seguridad colocaría la coma después de la palabra «tiene»).

Tres hermanas casaderas, Soledad, Julia e Irene, conocieron a un joven y apuesto caballero, licenciado en letras y las tres se enamoraron de él. Pero el caballero no se atrevía a decir de cuál de las tres hermanas estaba enamorado. Como no se declaraba a ninguna, las tres hermanas le rogaron que dijera claramente a cuál de las tres amaba.

El joven caballero escribió en un poema sus sentimientos, aunque "olvidó" consignar los signos de puntuación, y pidió a las tres hermanas que cada una de ellas añadiese los signos de puntuación que considerase oportunos. La décima era la siguiente:

Tres bellas, ¡quÉ bellas son!
(Citado por Roberto Vilches Acuña en "Curiosidades literarias y malabarismos de la lengua". Editorial Nascimiento. Santiago de Chile, 1955)
Tres bellas que bellas sonme han exigido las tres que diga de ellas cual esla que ama mi corazónsi obedecer es razón digo que amo a Soledad no a Julia cuya bondad persona humana no tieneno aspira mi amor a Irene que no es poca su beldad

Soledad leyó la carta:Tres bellas, ¡qué bellas son!,me han exigido las tres que diga de ellas cuál esla que ama mi corazón.Si obedecer es razón, digo que amo a Soledad; no a Julia, cuya bondad persona humana no tiene;no aspira mi amor a Irene, que no es poca su beldad.

Julia en cambio:Tres bellas, ¡qué bellas son!,me han exigido las tres que diga de ellas cuál esla que ama mi corazón.Si obedecer es razón, ¿Digo que amo a Soledad?No. A Julia, cuya bondad persona humana no tiene.No aspira mi amor a Irene, que no es poca su beldad.
Dijo Irene:Tres bellas, ¡qué bellas son!,me han exigido las tres que diga de ellas cuál esla que ama mi corazón.Si obedecer es razón, ¿Digo que amo a Soledad?No. ¿A Julia, cuya bondad persona humana no tiene?No. Aspira mi amor a Irene, que no es poca su beldad.

Así pues persistía la duda, por lo que tuvieron que rogar de nuevo al joven que les desvelara quién era la dueña de su corazón.
Cuando recibieron de nuevo el poema del caballero con los signos de puntuación las tres se sorprendieron:
Tres bellas, ¡qué bellas son!,me han exigido las tres que diga de ellas cuál esla que ama mi corazón.Si obedecer es razón, ¿Digo que amo a Soledad?No. ¿A Julia, cuya bondad persona humana no tiene?No. ¿Aspira mi amor a Irene? ¡Qué!... ¡No!... Es poca su beldad.


La extraña conducta de César
César entró sobre la cabeza,llevaba el casco en los pies,las sandalias en la mano,la fiel espada...
César entró, sobre la cabezallevaba el casco, en los pieslas sandalias, en la manola fiel espada...

Nuestro amigo Marcelino Fernández (Matelogos) dedicó el siguiente poema a sus tres hijos Marcelo, Marcos y Esther, aunque según confiesa todavía está pagando por su arrebato paterno-poético-patético.
Marcelo, Marcos y Esther
Marcelino Fernández (Matelogos)

Marcelo, Marcos y Estherme piden a mí que escribaa cual prefiero teneren mayor grado de estima.
Y escrito está a continuaciónen mal verso y sin puntuación:
Digo que prefiero a Marceloaunque a veces sea de hielono a Esther cuya hermosuracompite con su frescurano alabo a Marcos por su cienciaque no es poca su inteligencia

Marcelo, el primero que leyó,puntos y comas así entendió:
Digo que prefiero a Marcelo,aunque a veces sea de hielo.No a Esther, cuya hermosuracompite con su frescura.No alabo a Marcos por su ciencia,que no es poca su inteligencia.

Esther puso interrogacionesy quedaron así las puntuaciones:¿Digo, que prefiero a Marcelo,aunque a veces sea de hielo?No. A Esther, cuya hermosuracompite con su frescura.No alabo a Marcos por su ciencia,que no es poca su inteligencia.

Marcos, cuando al fin le tocóotros signos añadió:¿Digo, que prefiero a Marceloaunque a veces sea de hielo?No. ¿A Esther, cuya hermosuracompite con su frescura?No. Alabo a Marcos por su ciencia,que no es poca su inteligencia.

Mas yo leí con emoción y signos de admiración:¿Digo, que prefiero a Marceloaunque a veces sea de hielo?No. ¿A Esther cuya hermosuracompite con su frescura?No. ¿Alabo a Marcos por su ciencia?¡Qué no! Es poca su inteligencia.

EL TESTAMENTO

Se cuenta que un señor, por ignorancia o malicia, dejó al morir el siguiente testamento sin signos de puntuación:
«Dejo mis bienes a mi sobrino Juan no a mi hermano Luis tampoco jamás se pagará la cuenta al sastre nunca de ningún modo para los jesuitas todo lo dicho es mi deseo». El juez encargado de resolver el testamento reunió a los posibles herederos, es decir, al sobrino Juan, al hermano Luis, al sastre y a los jesuitas y les entregó una copia del confuso testamento con objeto de que le ayudaran a resolver el dilema.

Al día siguiente cada heredero aportó al juez una copia del testamento con signos de puntuación.

- Juan, el sobrino:«Dejo mis bienes a mi sobrino Juan. No a mi hermano Luis. Tampoco, jamás, se pagará la cuenta al sastre. Nunca, de ningún modo, para los jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo».

- Luis, el hermano:«¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¡A mi hermano Luis!. Tampoco, jamás, se pagará la cuenta al sastre. Nunca, de ningún modo, para los jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo».

- El sastre:«¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¿A mi hermano Luis? Tampoco, jamás. Se pagará la cuenta al sastre. Nunca, de ningún modo, para los jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo».

- Los jesuitas: «¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¿A mi hermano Luis? Tampoco, jamás. ¿Se pagará la cuenta al sastre? Nunca, de ningún modo. Para los jesuitas todo. Lo dicho es mi deseo».

- El juez todavía pudo añadir otra interpretación:«¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¿A mi hermano Luis? Tampoco. Jamás se pagará la cuenta al sastre. Nunca, de ningún modo, para los jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo»

.Así que el señor juez, ante la imposibilidad de nombrar heredero, tomó la siguiente decisión:«... por lo que no resultando herederos para esta herencia, yo, el Juez me incauto de ella en nombre del Estado y sin más que tratar queda terminado el asunto».

FUENTE:
http://www.juegosdepalabras.com/signos.htm

BARBARISMO

Barbarismo
De Wikipedia, la enciclopedia libre

Barbarismo, según el punto de vista normativo reflejado en el Diccionario de la Real Academia Española (RAE), es una incorrección que consiste en pronunciar o escribir mal las palabras, o en emplear vocablos impropios. En Lingüística estricta puede corresponder a una forma estigmatizada socialmente, o bien a una innovación lingüística.

Barbarismo es también un extranjerismo no incorporado totalmente al idioma. Se trata de un caso particular de barbarismo en su primera acepción.
Los barbarismos pueden ser prosódicos, morfológicos y sintácticos, según afecten a la prosodia, morfología o sintaxis.

Los barbarismos acaban a veces siendo aceptados por los órganos reguladores normativos ya que su uso se generaliza por personas cultas e incluso por escritores de renombre; v.g. «control», hoy aceptado y antiguamente barbarismo.

Ejemplos de barbarismo son:
«narizón», que normativamente es «narigón», etc.
aereopuerto por aeropuerto
ambos dos por ambos
americano por estadounidense
bayonesa por mayonesa
cóptel por cóctel
delicuente por delincuente
dentrar por entrar
diabetis por diabetes
dividible por divisible
extrictamente por estrictamente
fustración por frustración
línia por línea
lluviendo, lluvió por lloviendo, llovió
pior por peor
rampla por rampa
rebundancia por redundancia
remarcar por destacar
sindrome (pronunciado [sindróme]) por síndrome
trompezarse por tropezarse
tuataje por tatuaje
madrasta por madrastra
nadien, nadies, o peor aún naiden, por nadie
nieblina por neblina
usteden o astedes por ustedes
vianesa por vienesa.
standart por estándar.

Barbarismo
Tendencia exclusiva a emplear palabras o expresiones tomadas de otras lenguas, se llama también así a estas palabras o expresiones. // Palabra o expresión que se escribe, pronuncia o se emplea incorrectamente.

Barbarismo.
(1) Falta de lenguaje que comenten los extranjeros al adaptar a la lengua que pretenden hablar palabras de su propio idioma o de otra lengua que tal vez conocen mejor. Es frecuente, por ejemplo, el uso de exprimir por expresar entre extranjeros, que así hispanizan bárbaramente el francés exprimer o el italiano esprimere ‘expresar’.
(2) La Academia Española clasifica además como barbarismus:
(a) las faltas de ortografía;
(b) las acentuaciones erróneas: périto, méndigo, etc.;
(c) el ceceo;
(d) las formaciones erróneas: haiga por haya, cuala, etc.;
(e) los extranjerismos
(f) los nombres extranjeros pronunciados conforme a su nombre originario cuando tienen nombre español: Brutus por Bruto, pachá por bajá, London por Londres;
(g) los arcaísmos: asaz, empero, etc.;
(h) los vocablos nuevos contrarios a la índole de nuestra lengua: presupuestar, coloridad, extemporaneidad, etc.;
(i) las palabras usadas indebidamente: reasumir por resumir, bajo esta base por sobre esta base.“
[Lázaro Carreter, F., p. 71]

1/3/09

TÉCNICAS DE LA DESCRIPCIÓN

TÉCNICAS DE LA DESCRIPCIÓN

De lo expuesto hasta ahora se deduce que para describir bien hay que tener en cuenta lo siguiente:

Observación atenta de la realidad que se va a describir.

Captación de impresiones sensoriales: auditivas, olfativas, táctiles… que puedan ofrecer al receptor una idea completa de la realidad que se describe.
Selección de los detalles más significativos de acuerdo con el tipo de descripción que se desea realizar.

Denotativa (ofrecer una visión exacta de la realidad).
Connotativa (subrayar la impresión que la realidad produce en quien describe)
Ordenación de los elementos seleccionados teniendo en cuenta si se va a realizar una descripción estática o dinámica.

Estática: Ordenación espacial. De arriba a abajo, de derecha a izquierda, de dentro a afuera o viceversa. También es posible no seguir ningún tipo de ordenación para dar sensación de desorden, de caos. En la plaza de la ciudad se levanta un caserón de piedra; cuatro grandes balcones se abren en la fachada. Sobre la puerta resalta un recio blasón. En el primer balcón de la izquierda se ve sentado, en un sillón, un hombre; su cara está pálida, exangüe y remata en una barbita afilada y gris.
AZORÍN,
Castilla
(De. Espasa Calpe)

Dinámica : Enumeración de las acciones y de sus características o cualidades.
En el texto de Azorín, propuesto anteriormente:
Las estaciones, en las grandes ciudades, son lo que primero despierta por las mañanas a la vida inexorable y cotidiana. Y son primero los faroles de los mozos que pasan, cruzan, giran, tornan, marchan de un sitio para otro, a ras de suelo, misteriosos, diligentes, sigilosos. Y son luego las carretillas y diablas, que comienzan a chirriar y gritar. Y después el estrépito sordo, lejano, de los coches que avanzan. Y luego la ola humana que va entrando por las anchas puertas y se desparrama, acá y allá, por la inmensa nave. Los redondos focos eléctricos, que han parpadeado toda la noche, acaban de ser apagadas; suenan los silbatos agudos de las locomotoras; en el horizonte surgen los resplandores rojizos, nacarados, violetas, áureos de la aurora. Yo he contemplado este ir y venir, este trajín ruidoso, este despertar de la energía humana. El momento de sacar nuestro billete correspondiente es llegado ya.

Observa cómo se van enumerando las acciones y sus cualidades:
ACCIONES
CUALIDADES
…faroles… que pasan.
…misteriosos, diligentes, sigilosos.
…carretillas… que comienzan a chirriar.

…coches que avanzan con estrépito .
…sordo, lejano.
… la ola humana que va entrando… se desparrama.

…los focos que han parpadeado… acaban de ser apagados.
…redondos, eléctricos.
…suenan los silbatos.
…agudos.
…surgen los resplandores.
…rojizos, nacarados, violetas, áureos.

Utilización precisa del léxico y de los recursos expresivos:
Adjetivos que expresen certeramente las cualidades de los objetos o impresiones sensoriales.
Comparaciones y metáforas que estimulen la imaginación del receptor.
Verbos que expresen adecuadamente las actitudes y movimientos en las descripciones dinámicas.

ACTIVIDADES
Coloca encima de tu mesa de trabajo una manzana. Obsérvala, tócala y huélela. Anota las sensaciones que te va produciendo. Selecciona y ordena los detalles más significativos. Realiza dos descripciones: una denotativa y otra connotativa.
Observa con atención la calle donde vives, la fachada de tu casa, el balcón de tu habitación y tu propia habitación. Haz una breve descripción dinámica enlazando todos los lugares. Para ello imagina que tus ojos son una cámara cinematográfica que va recorriendo este trayecto y se va fijando en los aspectos más significativos.
Transforma la siguiente descripción denotativa del petirrojo en la descripción connotativa de un petirrojo concreto. Ponle un nombre e inventa una breve historia de la que él sea protagonista.
PETIRROJO. Erithacus rebecula.

Es mucho menor que el Petirrojo Americano. Muy fácil de identificar; el tener la cara rojiza le diferencia de todos los demás que tienen el pecho rojizo. Cuando vuela alejándose muestra sus infracoberteras caudales pálidas. Es de comportamiento escondidizo. Canto gorjeante agradable, emitido durante casi todo el año; el reclamo más común es un "tic-tic", y también un fino "tsit" y un "tsuit" agudo que recuerda al Papamoscas Gris. Bosques, matorrales, jardines, setos y parques urbanos; en el Oeste es muy común junto a ciudades.

CONCORDANCIA SINTAXIS

LA CONCORDANCIA

(Este tema fue tomado del libro "Temas de redacción y lenguaje `uso práctico` de Orestes Cabrera Díaz. Editorial científico Técnica La Habana, Cuba)

Uno de los medios gramaticales de relación interna es la concordancia, o sea, la igualdad de género y numero entre sustantivo y adjetivo, y la igualdad de numero y persona entre sujeto y verbo.

Con ser tan sencillas estas reglas, nuestras gramáticas registran numerosas anomalías en la lengua hablada y literaria, y al tratar de reducirlas a normas fijas suelen incurrir en un casuismo embrolladísimo al diseminar a través de distintas páginas los casos especiales de concordancia.

REGLA GENERAL DE LA CONCORDANCIA
Vamos a iniciar los casos de concordancia con los ejemplos más simples: cuando el verbo se refiere a un solo sujeto concuerda con él en numero y persona; y cuando el adjetivo se refiere a un solo sustantivo concuerda con él en género y numero:
El niño durmió largo rato.
Los niños durmieron largo rato.
El caballo blanco ha pasado por aquí
Los caballos bancos han pasado por aquí

Cuando una persona aparece ocasionalmente designada con un sustantivo de género distinto al de su sexo, los adjetivos pueden concordar con éste:
Bienvenida sea la flor y la nata de los caballeros andantes.
(CERVANTES)
Veis esa repugnante criatura: chato, pelón, sin dientes...
( L. F. MORIARTÍN)

Cuando el sujeto es un sustantivo en singular que indica cantidad, como multitud, infinidad caterva, gente, muchedumbre, numero, vecindario, pueblo, la mitad un tercio, una parte, el resto, etc., se pone a veces el verbo en plural:
Considerable numero de indios murieron en aquella peste.
Los animales estaban sedientos y no podían soportar las marchas; un tercio murieron en el camino.
Acudieron a la ciudad multitud de gente para ver el espectáculo.
La gente a una señal de sus jefes se amotinaron.

La indeterminación o heterogeneidad de los individuos que entran en la denominación colectiva favorece la idea de pluralidad, y por lo tanto la concordancia de sentido. Por el contrario la homogeneidad o determinación de los componentes fortalece el carácter unitario del colectivo y la concordancia gramatical. Así resultaría chocante decir:
El enjambre con la humareda se dispersan.
Habiendo llegado el regimiento a deshora no de les pudo proporcionar alojamiento.
Esto es así porque los colectivos enjambre y regimiento se componen de individuos muy determinados y homogéneos. Por la misma razón, sería muy extraña la concordancia en este ejemplo:
El rebaño, con la sequía y la falta de pasto, perecían.
Pruébese en cambio a sustituir los colectivos de estos 3 ejemplos por gente, muchedumbre, etc., y la concordancia en plural parecerá admisible. En estos ejemplos la determinación e indeterminación con que se sienten los componentes de un colectivo las da el significado de éste.
Pero un colectivo -dice Gili Gaya- puede hallarse determinado por las palabras añadidas que concreten su significado. El mayor o menor grado de esta determinación decide la posibilidad de la concordancia de sentido. Así ocurre que cuando el colectivo va modificado por la preposición dé, seguida por las personas o cosas de que consta el conjunto, designadas en plural, cabe la concordancia en plural o en singular:
Guardaban (o guardaba) el paso una multitud de hombres armados.
Un tropel de visitantes se ha reunido (o se han reunido) a la puerta del despacho.
La mitad de los náufragos se salvaron (o se salvó).

Esta clase de concordancia se llama ad sensum o según el sentido. El sujeto es un sustantivo en singular (multitud, tropel, mitad), pero, como significa un número plural de individuos (muchos o algunos hombres o animales) ponemos el verbo en plural porque nuestro pensamiento se está refiriendo a la pluralidad de individuos comprendidos en el sustantivo singular. Por eso tales concordancias son más frecuentes cuando el sustantivo cuantitativo se especifica con un complemento con la preposición de y un plural:
Una caterva de chiquillos se aparecieron por la playa.
Un montón de mendigos plañían su miseria.

Si por el contrario acompañan al colectivo adjetivos o frases complementarias que refuercen su singularidad gramatical, la concordancia en plural es difícil o imposible:
El vecindario, conmovido por sus elocuentes palabras, aplaudió con gran entusiasmo.
Aquel grupo, entre todos los estudiantes, se había distinguido especialmente.
Sería extremadamente violento utilizar los verbos en plural: en el primer ejemplo por que el partido conmovido insiste en la idea del singular; y en el segundo, a causa de la presencia determinativa de aquel y entre todos.

Favorece la concordancia en plural de los colectivos singulares, la distancia a que se encuentren del verbo o adjetivos con que deben concordar. Cuando las palabras interpuestas son muchas, la posibilidad de concordancia en plural aumenta:
El público, después de tan ruidosa propaganda en periódicos y carteles, se agolpaban en las taquillas del teatro.
Si son pocas, o si los elementos concertados se suceden inmediatamente, la concordancia gramatical se impone por la proximidad.
Andrés Bello afirma, por tanto, que no seda permitido decir:
El pueblo amotinados recorría las calles de la vieja ciudad
La gente huyeron al sentir los primeros disparos de los gendarmes.
Sin embargo, se diría bien:
Amotinóse la gente, pero a la primera descarga de la tropa huyeron despavoridos.

VERBO EN SINGULAR CON SUJETOS EN PLURAL
El verbo puede tener varios sujetos que, por ser varios, constituyen un plural. Pero el verbo se puede poner en singular cuando todos los sujetos forman como un conjunto con unidad:
El traje, las barbas, la gordura y pequeñez del nuevo gobernador tenía admirada a toda la gente que el busilis no sabía, y aun a todos los que lo sabían, que eran muchos.
(Cervantes)
Otros ejemplos del autor de El Quijote:
Su afabilidad y hermosura atrae los corazones de los que trata a servirla y amarla.
El buen paso, el regalo y el reposo, allá se inventó para los blandos cortesanos.

CONCORDANCIA EN LAS ORACIONES ATBIBUTIVAS
Las oraciones atributivas en que figura un sujeto o un atributo colectivo pueden llevar con alguna frecuencia el verbo en plural, si el otro elemento (atributo o sujeto) es plural:
Esta gente parecen generales que acaban de llegar de la guerra.
Todos los encamisados eran gente medrosa.
(Cervantes)
La demás chusma del bergantín son moros y turcos.
(Cervantes)
Los pronombres neutros, en su significación colectiva, pueden ofrecer las mismas concordancias:
Esto son habladurías de los que nada tienen que hacer.
Lo demás son cuentos de camino...
Aquello eran tortas y pan pintado...
Lo que importa son los créditos necesarios...
En este ejemplo que damos a continuación el verbo va concertado con el atributo sin que el sujeto sea colectivo:
La soledad inmensa que aflige al alma son setecientas lenguas de arena y cielo, silencio y calma.
(Zorrilla)
Como vemos, se trata simplemente de un atributo plural que atrae al verbo:
Trabajos y miserias es (o son) la herencia del hombre,- comidas y paseo son (o es) aspiración.
Observemos que todas las oraciones en que esta concordancia ocurre son reversibles, es decir, que el sujeto y el atributo pueden cambiar sus papeles respectivos sin que el sentido se altere:
Mi único trabajo es (o son) cuatro horas diarias de oficina.
Si cambiamos el orden de la oración podríamos decir:
Cuatro horas diarias de oficina es (o son) mi único trabajo.
En estas oraciones, el elemento preponderante para el interés del que habla puede atraer el verbo copulativo. En las oraciones atributivas no influye, por consiguiente, la mayor o menor separación ente el sujeto y el verbo, para que éste se incline a concertar con él o con el atributo.

SUJETOS COMPUESTOS ESPECIALES
Cuando haya dos o más demostativos neutros, son equivalentes para la concordancia a uno solo en singular:
Esto y lo que se había revelado produjo (no produjeron) destitución.
Bello observa que si con el neutro se junta un masculino o femenino, es admisible la
concordancia en plural:
Lo escaso de la población y la general desidia produce (o producen) la miseria del pueblo.
La diferencia de géneros, subrayada por los distintos artículos demostrativos, favorece aquí la disociación de los sujetos.

POSICIÓN DEL VERBO CON RESPECTO A LOS SUJETOS
Si el verbo sigue a los sujetos concuerda con ellos en plural:
Ni la amistad ni las dádivas, ni las promesas pudieron vencerle.
La abuela y el nieto caminaban despacio por la ancha senda.
En cambio cuando el verbo precede a varios sujetos puede concordar con todos en plural o sólo con el más próximo:
No me agradaba (o agradaban), ni el lugar, ni la hora, ni los concurrentes.
Le vendrá el señorío y la gracia como de molde.
(Cervantes)
Cuando el verbo precede a varios sujetos ligados con la conjunción y puede usarse indistintamente en plural o en singular:
Entusiasmaron (o entusiasmó) a los espectadores, la brillantez, originalidad y sencillez del director.
Cuando el verbo va entre varios sujetos, concuerda con el sujeto más próximo:
La causa de Dios nos lleva, y la de nuestro Rey, a conquistar regiones no conocidas.
(Solis)

VERBOS CON DISTINTA PREPOSICIÓN
Cuando un mismo nombre es complemento de dos verbos que exijan distinta preposición, se pondrá aquél después del primer verbo, y después del segundo se representará mediante un pronombre con la preposición que le corresponda:
Nadie se atrevía a hablar y a inmiscuirse en los asuntos de aquel funcionario (incorrecto).
Nadie se atrevía a hablar de los asuntos de aquel funcionario y a inmiscuirse en ellos (correcto).
El maestro conocía y tenía amistad con todos los padres de sus alumnos (incorrecto).
El maestro conocía a todos los padres de sus alumnos y tenía amistad con ellos (correcto).
Debemos recordar que las palabras poco, mucho harto, tanto y cuanto, cuando modifican a mayor y menor, deben permanecer invariables.
Con tanto mayor razón.
¡Cuánto mayor es su audacia!
Este artículo tiene harto mayor importancia que aquél.
Frecuentemente también, mediante la figura silepsis, concuerda el adjetivo, no con el nombre a que gramaticalmente se refiere, sino con otro elíptico.
Si se habla con un príncipe, se dice:
Vuestra Alteza es justo.
Si se refiere al Papa se dice:
Su Santidad esta satisfecho.
En estos ejemplos, los adjetivos justo y satisfecho hacen referencia al sustantivo hombre (que aparece oculto), y no a Vuestra Alteza o a Su Santidad.

POSICIÓN DEL ADJETIVO CON RESPECTO A LOS SUSTANTIVOS
Para concordar el adjetivo con dos o más sustantivos a la vez, hay que tener en cuenta si el adjetivo precede o sigue a los sustantivos. Cuando el adjetivo precede concuerda con el primero:
En sosegada paz y reposo.
(Cervantes)
Pero concuerda con toda la serie en plural, cuando los sustantivos son nombre propios o nombres comunes de persona:
Los hermanos Pedro y Juan.
Las hermosas tía y sobrina.
Cuando el adjetivo sigue a los sustantivos, depende de si todos los sustantivos son del mismo número y género, el adjetivo se pone en plural:
La paciencia y habilidad inteligentes.
Con varios sustantivos singulares y de diferentes géneros, concuerda el adjetivo con el último y se pone en plural masculino:
La caridad y amor fervoroso (o fervorosos).
Con varios sustantivos plurales y de diferentes géneros, se puede concordar el adjetivo en género con el último:
Con la mano y los pies destrozados.
También puede expresarse en esta forma:
Con las manos y los pies destrozados (aunque es preferible usar el masculino).
Con sustantivos de género y numero diferentes, generalmente el adjetivo se pone en plural masculino:
La habitaciones y el zaguán llenos de gente.
Si un sustantivo singular está ligado a otro y otros por medio de: con, como, tanto como, así como, debe concordar en plural:
El chofer, así como su ayudante fueron muy felicitados.
Y cuando se usan la conjunción copulativa ni, o la disyuntiva o, el verbo puede ir en plural o singular:
Ni la pobreza ni la incomprensión lo vencieron (o lo venció).
La ignorancia y la pobreza lo obligaron (o lo obligó) a delinquir.
Es incorrecto hacer concordar dos adjetivos de índole distinta con un mismo sustantivo, como en los casos siguientes:
Los sondeos efectuados en el Atlántico equinoccial y austral...
De esta forma aparece en la parte delantera y posterior del mismo dibujo...
Como quiera que el Atlántico no es al mismo tiempo equinoccial y austral, y como una parte no es delantera y posterior a un mismo tiempo, lo adecuado será representar cada sustantivo con un pronombre delante del segundo adjetivo, como en estos ejemplos:
Los sondeos efectuados en el Atlántico equinoccial y en el austral.
De esta forma aparece en la parte delantera y en la parte posterior del mismo dibujo.
Si en la oración hay sentido de reciprocidad conviene usar el plural:
Esto y lo que escribió usted se contradicen.

CONCORDANCIA EN LAS ORACIONES ADJETIVAS
Cuando el relativo es sujeto de una oración, el verbo de ésta no concuerda en numero y persona con el relativo, sino con el antecedente de éste. Así vemos que en la oración:
Tú, que me escuchas, sabes que es verdad lo que digo...
En este caso el predicado escuchas no concuerda con que, sino con el antecedente tú. Si son varios los sujetos, el verbo pasará a plural, prefiriendo la primera persona a la segunda y ésta a la tercera.
Tú y él, que sois inteligentes, lo haréis bien.
Recordemos que en las expresiones: Yo soy el que..., tú eres el que..., etc., el verbo de la oración de relativo concuerda unas veces con el antecedente artículo y otras con el sujeto de la oración principal. Así se dice:
Yo soy el que traje los libros (o yo soy el que trajo los libros).
Pero resultaría una incorrección decir:
Nosotros somos los que lo han hecho.
Cuando la forma correcta es la siguiente:
Nosotros somos los que los hemos hecho.
También resultaría incorrecta esta expresión:
Yo soy de los que creo en la Revolución.
Lo correcto es que se diga en esta forma:
Yo soDISCORDANCIA DELIBERADA
A veces nos dirigimos a un sujeto en singular con el verbo en plural para obtener un efecto estilístico deliberado, bien para participar amablemente en la actividad o estado de nuestro interlocutor, bien con intención irónica. Preguntamos a un enfermo:
¿Cómo estamos? ¿ Qué tal vamos?
En singular se manifiesta sorpresa e ironía ante una persona o cosa que nos afecta diciendo:
¿Esas tenemos?
En ciertas ocasiones se intenta con ello disminuir la responsabilidad diluyéndola en una pluralidad ficticia. Se dice, por ejemplo:
Lo hemos estropeado todo con nuestra actitud (no habiendo más culpable que uno mismo).
La misma discordancia tiene lugar con el llamado plural de modestia que hace hablar a un autor u orador de sí mismo en primera persona del plural, muy usado en el lenguaje periodístico (Vimos, creemos, pensamos).
Paralelamente al nosotros de modestia, ha tenido y tiene todavía mucho uso el posesivo nuestro con el mismo sentido.
Al decir: en nuestra opinión, un escritor se incluye en una pluralidad ficticia, en la cual no aparece tan en primer plano, como si dijese: en mi opinión.

SOLECISMO O ANACOLUTO

El solecismo es el vicio que resulta de una mala construcción sintáctica, o de una concordancia inadecuada.

EJEMPLOS DE SOLECISMO:
Les llevé a pasear, en vez de, los llevé a pasear.
No me recuerdo, en vez de, no me acuerdo.
En base a lo siguiente, en vez de con base en lo siguiente.

Anacoluto o solecismo
Construcción anómala de la frase que llega a romper la gramaticalidad normativa de la misma, por lo general por haber cambiado el que pronuncia o escribe de idea a mitad de su desarrollo.

Caracteriza el estilo de los iletrados o faltos de instrucción, o el de quienes quieren pasar por tales, como Santa Teresa de Jesús. El solecismo consiste sólo en un mal uso del lenguaje, que hace incurrir en impropiedad sintáctica o semántica, y de esa manera, para atacar el castellano afrancesado de su tiempo, Tomás de Iriarte hace reprochar a su castiza cotorra por su loro: "Vos no sois que una purista":

¿Y su padre de usted no tendré el gusto de verle antes de marcharme? Jacinto Benavente, La farándula

El anacoluto o solecismo es un cambio repentino en la construcción de la frase, que produce una inconsistencia; como si se hubiera cambiado el autor de la frase en el medio. Es habitual e inconsciente como parte del habla informal, pero en algunos casos se utiliza adrede, como figura retórica
Diccionario de la lengua española © 2005 Espasa-Calpe S.A., Madrid:

solecismo
m. Incorrección al hablar,particularmente la sintáctica:"me se cayó" es un solecismo por "se me cayó".
solecismo.
(Del lat. soloecismus, y este del gr. σολοικισμός).
1. m. Gram. Falta de sintaxis; error cometido contra las normas de algún idioma.